En 1929 Federico García Lorca inmerso
en una crisis personal emprende viaje a Nueva York donde permanecerá casi un
año. De esta experiencia surge Poeta en
Nueva York, un libro que refleja la trágica
angustia vacía de Lorca ante la imagen de una ciudad donde el hombre ha
sido despojado de su propia condición. El ánimo del poeta es muy comprensible
si entendemos que su sensibilidad mediterránea llena de luz, de pasión por la vida se enfrenta desprovista
de coraza a otro mundo frío y oscuro, el de una ciudad sombría con un
marcapasos hecho de dinero, donde solo se perciben columnas de cieno.
En el poema La aurora nos retrata la ciudad que con
sus monedas en enjambres devora niños… y derrota hombres. Esa es la agónica
visión que Lorca nos traslada de N. Y. El
poeta pasea por sus calles al lado de gentes insomnes, sin esperanza,
condenados desde su infancia a sudores sin fruto, prisioneros de su propia
civilización donde la naturaleza ya no existe. En este espacio urbano sin
mañana ni esperanza no hay cabida para la Aurora, el amanecer que porta la luz.
En este poema nos impacta la
fuerza de las imágenes que Lorca consigue transmitirnos. Percibimos claramente
un paisaje deprimente, casi aterrador, sentimos en nosotros el dolor del poeta,
triste lamento por la deshumanización del hombre, la agonía de la desesperanza.
Poeta en Nueva York 1929 – 1930
III – Calles y sueños
9. La aurora
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Ποιητής στη Νέα Υόρκη 1929 – 1930
III - Δρόμοι και όνειρα
9. Η αυγή
Η αυγή
της Νέας Υόρκης έχει
τέσσερις
στήλες από βούρκο
κι ένα τυφώνα από μαύρα περιστέρια
που
τσαλαβουτούν στο σάπιο νερό.
Η αυγή
της Νέας Υόρκης στενάζει
από τις
τεράστιες σκάλες
ζητώντας
στις άκρες
νάρδους
ζωγραφισμένης αγωνίας. .
Η αυγή
φτάνει και κανείς δεν τη γεύεται
γιατί
εδώ δεν υπάρχει αύριο ούτε έγκυρη ελπίδα.
Φορές
τα κέρματα σε παράφορα σμήνη
τρυπούν
και καταβροχθίζουν εγκαταλειμμένα
παιδιά.
Οι
πρώτοι που βγαίνουν καταλαβαίνουν μέσα στα κόκκαλά τους
πως δε
θα υπάρξει παράδεισος ούτε
αγάπες που μάδησαν.
Ξέρουν
ότι πηγαίνουν στο βούρκο από αριθμούς και νόμους,
στα παιχνίδια
δίχως τέχνη, στους ιδρώτες χωρίς καρπό.
Αλυσίδες
και θόρυβοι θάβουν το φως
σε
ξεδιάντροπη πρόκληση επιστήμης δίχως ρίζες.
Στα
προάστια υπάρχει ένας νυσταγμένος κόσμος
που διστάζει
σαν
να ‘χει μόλις βγει από ένα αιματηρό
ναυάγιο.
Μετάφραση:
Μόσχος Εμμανουήλ Λαγκουβάρδος
Arte y Poesía: Enrique Morente
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