Reían
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Ramón Dimas: Estendendo a roupa (1953)
El amor se había difuminado como la estela de una estrella de agosto, las
palabras se apilaban junto a los peces ...
Hace 16 horas
Ότι δεν με σκοτώνει με κάνει πιο δυνατό
Como faltan pocos días para que celebremos la Navidad, me apetece sugeriros que rescatemos de nuestras estanterías al gran poeta Virgilio. En concreto os propongo la lectura de su Égloga IV, en la que el poeta de Mantua alude a un niño recién nacido que traerá una nueva Edad de Oro, ya anunciada en los vaticinios de la Sibila de Cumas.
El estadio dispone de una planta muy sencilla que engloba la arena con un final rematado en semicírculo y una gradería en uno de los lados largos puesto que para su construcción se aprovechaba el desnivel del terreno. Sin duda el estadio griego es un claro precedente del circo romano, aunque aquí se va a mantener la planta pero se cimentará la escalinata alrededor de la arena, para lo cual deberán construir unos edificios especiales ya que en Roma no se aprovechará el terreno como se hizo en Grecia.
La palestra es la escuela de lucha y parece que tenía una disposición muy sencilla, una arena central de forma rectangular rodeada por todas partes de pórticos que daban acceso a las dependencias interiores (quizá fuesen vestuarios o salas para practicar la lucha de forma más independiente). Destaca la palestra del Santuario de Zeus en Olimpia (s. III a. C.)El gimnasio está asociado normalmente a la palestra y presenta una formación similar a la misma.
El teatro presenta como nota común con el estadio la ausencia de una fachada monumental, para ajustarse al desnivel del terreno. Carente de techado, el teatro se encuentra siempre en lugares sagrados ya que no podemos olvidarnos de su estrecha relación con las danzas corales del culto dionisíaco. Las mencionadas danzas tenían lugar en el interior del témenos (recinto sagrado) y eran celebradas por los propios sacerdotes. Parece que la disposición circular del teatro griego se relaciona con el corro que formaban los fieles entorno a esos sacerdotes. Posteriormente el teatro se desacraliza lo que posibilita la construcción de un edificio ex profeso para las representaciones profanas, aunque nunca se alejará demasiado de su recinto original dentro del témenos.
Dedicando estos días a releer el Libro del desasosiego de Fernando Pessoa me gustaría recordar aquí las palabras de Bernardo Soares (heterónimo de Pessoa) acerca de esta estación tan especial….