Hoy recordamos el “singular” encuentro entre Alejandro Magno y Diógenes, según nos lo cuenta el historiador y tratadista griego Plutarco en su obra Vidas Paralelas. Sostenía éste que, muchas veces un hecho puntual e insignificante nos ayuda a conocer mejor el carácter de una persona que las batallas más despiadadas.
Bien, pues tal y como os dije aquí tenéis el texto en griego y su traducción al castellano.
Para las filohelenistas, Nazaret, Elisa, Naiara, Sara y Helena, sin olvidarnos de Miguel.
Εἰς δὲ τὸν Ἰσθμὸν τῶν Ἑλλήνων συλλεγέντων καὶ ψηφισαμένων ἐπὶ Πέρσας μετ’ Ἀλεξάνδρου στρατεύειν, ἡγεμὼν ἀνηγορεύθη. πολλῶν δὲ καὶ πολιτικῶν ἀνδρῶν καὶ φιλοσόφων ἀπηντηκότων αὐτῷ καὶ συνηδομένων, ἤλπιζε καὶ Διογένην τὸν Σινωπέα ταὐτὸ ποιήσειν, διατρίβοντα περὶ Κόρινθον. ὡς δὲ ἐκεῖνος ἐλάχιστον Ἀλεξάνδρου λόγον ἔχων ἐν τῷ Κρανείῳ σχολὴν ἦγεν, αὐτὸς ἐπορεύετο πρὸς αὐτόν· ἔτυχε δὲ κατακείμενος ἐν ἡλίῳ. καὶ μικρὸν μὲν ἀνεκάθισεν, ἀνθρώπων τοσούτων ἐπερχομένων, καὶ διέβλεψεν εἰς τὸν Ἀλέξανδρον. ὡς δ’ ἐκεῖνος ἀσπασάμενος καὶ προσειπὼν αὐτὸν ἠρώτησεν, εἴ τινος τυγχάνει δεόμενος, "μικρὸν" εἶπεν· "ἀπὸ τοῦ ἡλίου μετάστηθι". πρὸς τοῦτο λέγεται τὸν Ἀλέξανδρον οὕτω διατεθῆναι καὶ θαυμάσαι καταφρονηθέντα τὴν ὑπεροψίαν καὶ τὸ μέγεθος τοῦ ἀνδρός, ὥστε τῶν περὶ αὐτὸν ὡς ἀπῄεσαν διαγελώντων καὶ σκωπτόντων, "ἀλλὰ μὴν ἐγὼ" εἶπεν "εἰ μὴ Ἀλέξανδρος ἤμην, Διογένης ἂν ἤμην".
Poco después, los griegos, reunidos en el Istmo, declararon su intención de marchar con Alejandro a la guerra contra los persas, nombrándole general. Mientras (Alejandro) permanecía allí, muchos hombres de Estado y filósofos vinieron de todas partes a visitarle y darle la enhorabuena por su elección, así él también esperaba que viniese Diógenes de Sinope, que entonces vivía en Corinto. Pero éste ninguna cuenta hizo de Alejandro sino que pasaba la vida en el lugar llamado Craneo ( a las afueras de la ciudad); allí fue Alejandro a verle y le encontró tendido al sol, incorporándose ligeramente ante la llegada de tanta comitiva, se fijó en Alejandro. Éste le saludó y amablemente le preguntó si deseaba algo. "Poca cosa", dijo, "que te quites del sol". Se dice que Alejandro quedó tan impresionado por esta respuesta, y tan sorprendido por la grandeza de aquel hombre, que al irse de allí sus acompañantes comenzaron a reírse y burlarse del filósofo, y él les dijo: “si yo no fuese Alejandro de buena gana elegiría ser Diógenes”.