Ότι δεν με σκοτώνει με κάνει πιο δυνατό


viernes, 30 de noviembre de 2012

'Yo estudié griego, colega'






Rodríguez Adrados clama por la desaparición de las lenguas clásicas del bachillerato. Y su parroquia lo respalda.

Luis Alemany | Madrid


¿Quién va a entender eso de 'Ínclitas razas ubérrimas, sangre de Hispania fecunda' de Rubén Darío ahora que el latín y el griego llevan camino de desaparecer definitivamente de la educación media en España?
El helenista Francisco Rodríguez Adrados recibió ayer la noticia del Premio Nacional del las Letras que le concedió el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y aprovechó la atención para recordar su agravio: ¿de verdad queréis un mundo sin latín y sin griego? En su argumentación, la idea recurrente de que las lenguas clásicas hacen mejores personas a aquellos que las estudian. Idea que, para los que apenas recordamos unas pocas clases de latín bastante desganadas en Segundo de BUP, nos suena a misterio. ¿De verdad que el griego cambia la vida de sus alumnos?
"Cuando yo era pequeña, hace ya algunos añitos, después de la reválida de 4º, que nos otorgaba el título de Bachiller Elemental, se imponía una decisión importantísima: ¿Ciencias o Letras? Y hete aquí que mocosos de 13 o 14 años nos veíamos obligados a elegir. No más de dos opciones. Y en cada una de ellas, el menú estaba fijado por adelantado: Latín / Griego o Matemáticas/Física y Química. Confieso que me daba un poco de envidia oír a mis amigas hablar de logaritmos neperianos y cosas de esas. Debía de ser interesantísimo, pero yo me encontré con mi elección como pez en el agua. Aquel rompecabezas fascinante de las lenguas clásicas me apasionó desde el principio: el sistema de casos y la compleja sintaxis que me hacían ver más claro el funcionamiento de las propias estructuras de mi lengua, el origen de tantas y tantas palabras oscuramente amenazantes que de repente se iluminaban y cobraban un sentido pleno (democracia, economía, otorrinolaringólogo...) y nombres propios (Ítaca, Odisea, Penélope...), lugares comunes que explicaban gran parte de nuestra tradición artística y humanística. En el fondo, me habría gustado ser como Leonardo y tener acceso a todo el saber de mi tiempo, en el que las lenguas clásicas tenían todavía tanto que decir".
La primera en contestar es María José Carpena, catedrática de Bachillerato en un instituto de Valladolid, entusiasta del griego y el latín. ¿Han sido las clásicas un equipaje valioso en su vida? "¡Qué bueno que cargué con él! Por supuesto, antes de la aldea global y su consiguiente invasión de anglicismos, las lenguas clásicas eran el manantial del que brotaban los tecnicismos, el lenguaje científico, la jurisprudencia, la economía y hasta la política. Y a quienes me digan (y haberlos haylos) que es algo totalmente inútil les preguntaría por la utilidad de tantas y tantas cosas que han llenado nuestras cabezas sin ayudarnos a conocer el mundo y, sobre todo, sin hacernos felices. Porque yo fui fundamentalmente feliz, estudiando latín y griego. ¿Para qué sirve conocer la vida de nuestros antepasados de Atapuerca o de las cuevas de Altamira? ¿Y los viajes a la Luna o a Marte? ¿Y el salto del tipo ése del otro día que tuvo embobado a medio planeta? ¿Hay algo que proporcione más felicidad que el hecho de conocernos a nosotros mismos, nuestras posibilidades y el mundo que nos rodea? Cuando el latín y el griego desaparezcan del bachillerato perderemos algo valioso en el camino: como cada vez nos interesa más el carácter utilitario, las viejas pregunas (¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos?) dejarán paso a un no menos misterioso futuro:¿adónde vamos? y, sobre todo, ¿ganaremos lo suficiente para llegar allí (donde quiera que sea)?".


Gracias por el latín

Siguiente voz: Ángel Suárez, profesor de EGB y ESO durante cuatro décadas, sesentón y leonés. "Yo era un crío de familia modesta que, para seguir estudiando, entré en el Seminario Diocesano de León. Allí, Primero de Bachiller se llamaba Primero de Latín. Fueron, en total, seis años de latín y tres años de griego y no tengo palabras para dar las gracias a la vida y a los profesores que tuve por esa experiencia. Con los años he olvidado mucho de lo que aprendí, pero queda un poso importantísimo. Es como esos delanteros que parece que no están pero luego aparecen en el momento más importante...".
"Cuando me encuentro con alguien que tiene una buena formación en lenguas clásicas es fácil reconocerlo, hay una mente estructurada, un claridad en la manera de expresarse.... Nunca dejaré a nadie que presuma del dominio de la lengua castellana si no me demuestra que tiene una formación sólida en lenguas clásicas". Y no sólo en asuntos de letras. "En mi vida he dado muchas clases de matemáticas. Cuando explicaba Pitágoras, empezaba por contar a los alumnos que hipotenusa viene de 'hipoteino', tensar, y que catetos, de cateino, caer en perpendicular... Era una forma expresiva de enseñar, de buscar un aprendizaje comprensivo".
"El día que desaparezcan las clásicas de nuestra educación será para mal. Nos quejamos de la ortografía, de los errores que cometen los alumnos... Ahí subyace el desconocimiento del latín".


Y por qué no la Filosofía

Para representar a las siguientes generaciones de estudiantes de griego y latín, aparecen dos periodistas de este diario, Jorge Salido y Ángel Casaña, y una profesional del márketing, Alejandra Suárez.
Empieza Suárez: "La elección fue por descarte. Estaba convencida de que se me daban mal las ciencias, curiosamente los derroteros profesionales que me ha deparado la vida, me han descubierto que los números se me dan bastante bien. Después, toda mi vida profesional la he desarrollado en márketing pero de formación soy filóloga. Siempre he sentido que tanto el hecho de 'ser de letras' como el de tener una formación atípica en este contexto profesional, me daban un toque diferente. No le puedo decir qué concretamente han aportado las lenguas clásicas, pero si es cierto que el dominio del lenguaje y de la comunicación es diferente. No se trata de conocer más o menos palabras o etimologías, se trata de una sensibilidad especial hacia la importancia de las formas de comunicar en general". Y el día que el latín desaparezca del bachillerato... "Personalmente no me dará pena. Soy consciente de que el mundo evoluciona y no soy nada conservadora, confío en que las materias que vengan a sustituir también aporten mucho a las nuevas generaciones. Lo que si defiendo es el prestigio de las letras, que ya llevan demasiado tiempo estando un tanto demonizadas".
Continúa Jorge Salido: "Hice la EGB en mi pueblo y, acabado, este ciclo opté por irme a hacer el Banchillerato al Seminiario Menor de Cuenca, en Uclés. No por vocación, sino para formarme. Allí, evidentemente, se apostaba por una educación ligada a las letras puras, que era también lo que más me atraía. De este modo, desde primero de BUP hasta COU hice Latín (me examiné en selectividad: 9,5 -increíble, era complicado) y desde segundo de BUP hasta COU también estudié Griego (me examiné en selectividad: 5,5, poco para lo bien que se me daba). Los curas son muy dados a las lenguas clásicas".
"La verdad es que las clásicas no me han servido para mucho salvo para conocer el origen de la mayoría de palabras del castellano. Buena opción fue ir al Seminario a formarme, luego allí no había posibilidad de elegir. Eso sí, gracias a la nota de Latín en selectividad pude acceder a Periodismo. ¿Quién me lo iba a decir? Pero como el Latín y Griego, tampoco me ha servido mucho en la vida otras asignaturas como Literatura o Filosofía. Bueno, quizá Latín y Griego me sirvieron de algo más porque además del idioma también se aprendía cultura y podíasconocer los orígenes de la actual civilización". "Al margen de la utilidad en la vida real, creo que sí se perdería algo importante en la formación. ¿Por qué eliminar Griego y Latín y no Filosofía, por ejemplo? La riqueza de vocabulario del castellano viene de estas lenguas y siempre es bueno saber cuáles son nuestras raíces. Evidentemente, nadie se va a comunicar en ellas, pero son mucho más que unas lenguas".
Y acaba Casaña: "Entré en griego porque no quería hacer otra cosa, tenía muy clara la vocación de letras. Tengo el recuerdo de unas clases muy divertidas. El griego era difícil, era difícil entender, pero, al mismo tiempo, era fácil. Quiero decir que todo era como un juego, una indagación, de modo que era sencillo encontrar la motivación y la concentración. No sé si el griego me ha servido para nada en concreto, pero siempre intuyes que cualquier conocimiento que te hayas 'metido en el cuerpo' ha sido para bien".




jueves, 29 de noviembre de 2012

Federico García Lorca: Madrigal a la ciudad de Santiago








Por mis visitas a Santiago y lo feliz que allí fui. 
Por los artistas que embellecen la vida bajo los soportales del edificio de Correos, acuarelas de colores que iluminan mi casa.  
Por  todos los peregrinos que como quiera que sea llegan en ofrenda ante el Apóstol.  
Por lo que hace años de allí me traje, uno de mis mayores tesoros. 
Por todo esto y mucho más, lo que fue y lo que será: Federico García Lorca y su Madrigal a la ciudad de Santiago.



MADRIGAL A LA CIUDAD DE SANTIAGO

Llueve en Santiago
mi dulce amor.
Camelia blanca del aire
brilla entenebrecida al sol.

Llueve en Santiago,
en la noche oscura.
Hierbas de plata y de sueño
cubren la vacía luna.

Mira la lluvia en la calle,
lamento de piedra y cristal.
Mira el viento desvanecido
sombra y ceniza de tu mar.

Sombra y ceniza de tu mar,
Santiago, lejos del sol;
agua de la mañana antigua
tiembla en mi corazón.



Madrigal á cibdá de Santiago

Chove en Santiago,
meu doce amor.
Camelia branca do ar
brila entebrecida ó sol.

Chove en Santiago
na noite escura.
Herbas de prata e de sono
cobren a valeira lúa.

Olla a choiva pola rúa,
laio de pedra e cristal.
Olla no vento esvaído,
soma e cinza do teu mar.

Soma e cinza do teu mar,
Santiago, lonxe do sol;
ágoa da mañán anterga
trema no meu corazón



ΜΑΔΡΙΓΑΛΙ  ΣΤΗΝ ΠΟΛΗ ΤΟΥ ΣΑΝΤΙΑΓΚΟ

Βρέχει στο Σαντιάγκο
γλυκιά μου αγάπη.
Άσπρη καμέλια του ανέμου αναμμένη
λάμπει ο ήλιος.

Βρέχει στο Σαντιάγκο
στη σκοτεινή νύχτα.
Βρύα από ασήμι κι από όνειρο,
σκεπάζουν το αργό φεγγάρι.

Κοίταξε τη βροχή στο δρόμο,
κλάμα της πέτρας και του κρύσταλου.
Κοίτα στο ζαλισμένο αέρα
τη σκιά και τη στάχτη της θάλασσας.

Σκιά και στάχτη της θάλασσάς σου,
Σαντιάγκο, μακριά απ΄  τον ήλιο.
Νερό αρχαίας μέρας
που τρέμει στην καρδιά μου.

         Μετάφραση: Μόσχος Εμμανουήλ Λαγκουβάρδος












lunes, 26 de noviembre de 2012

À Paris




Foto:  Alfredo Valdés




Des milliers des milliers et des milliers d'années
Ne sauraient suffire pour dire
La petite seconde d'éternité
Où tu m'as embrassé
Où je t'ai embrassée
Un matin dans le lumière de l'hiver
Au parc Montsouris
À Paris
À Paris sur la Terre
La Terre qui est un astre

À  Paris
Quand un amour fleurit
Ça fait pendant des s'maines
Deux cœurs qui se sourient
Tout ça parce qu'ils s'aiment
À  Paris!
Au printemps
Sur les toits les girouettes
Tournent et font les coquettes
Avec le premier vent
Qui passe indifférent
Nonchalant
Car le vent
Quand il vient à Paris
N'a plus qu'un seul souci
C'est d'aller musarder
Dans tous les beaux quartiers
De  Paris
Le soleil
Qui est son vieux copain
Est aussi de la fête
Et comme deux collégiens
Ils s'en vont en goguette
Dans  Paris

Y'a toujours
Des taxis en maraude
Qui vous chargent en fraude
Avant le stationnement
Où y'a encore l'agent
Des taxis
Au café
On voit n'importe qui
Qui boit n'importe quoi
Qui parle avec ses mains
Et qui est là d'puis l'matin
Au café
Y'a la Seine
À n'importe quelle heure
Elle a ses visiteurs
Qui la r'gardent dans les yeux
Ce sont ses amoureux
À  la Seine
Puis y'a ceux
Ceux qui ont fait leur lit
Près du lit de la Seine
Et qui s'lavent à midi
Tous les jours de la s'maine
Dans la Seine

Et les autres
Ceux qui en ont assez
Parce qu'ils en ont vu d'trop
Et qui veulent oublier
Alors i's'jettent à l'eau
Mais la Seine
Elle préfère
Voir les jolis bateaux
Se promener sur elle
Et au fil de son eau
Jouer aux caravelles
Sur la Seine
Les ennuis
Y'en a pas qu'à Paris
Y'en a dans l'monde entier
Oui mais dans l'monde entier
Y'a pas partout Paris
V'la l'ennui
À  Paris!
Au quatorze Juillet
À la lueur des lampions
On danse sans arrêt
Au son d'l'accordéon
Dans les rues

Et depuis qu'à Paris
On a pris la Bastille
Dans chaque faubourg
Et à chaque carrefour
Il y a des gars
Et il y a des filles
Qui sur les pavés
Sans arrêt
Nuit et jour
Font des tours
Et des tours
À  Paris!!



Yves Montand: À Paris

  





sábado, 24 de noviembre de 2012

Γρηγόρης Μπιθικότσης














"Retrato" de Antonio Machado







Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.


Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.


Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.


Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.


Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.


¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.


Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.


Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.


Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
(Campos de Castilla, 1912)





La belleza del poema envuelta en la cálida y serena voz de Serrat







viernes, 23 de noviembre de 2012

Literatura del Siglo de Oro: Los sonetos satíricos entre Góngora y Lope


















Son Luis de Góngora y Félix Lope de Vega dos de los más ilustres representantes del esplendoroso barroco de nuesto Siglo de Oro.

Sobre el primero escribía con gran criterio el recordado profesor Juan Manuel Rozas, especialista en el estudio del Siglo de Oro: "Su poesía tiene la inteligencia, la agudeza, la fuerza, la precisión y el desdén de una perfecta máquina, de un perfecto reloj, de una maquinaria de relojería. Entendida de una vez, disipadas de una vez las dificultades de la complejidad de esa maquinaria, el lector la contempla con la máxima sencillez. Todo es luz, todo claridad, todo perfección. Tanto que, como ante la máquina, empezamos a distanciarnos de él sin querer, porque muchas veces la gran aventura estética de Góngora es aventura intelectual más que emocional".



De Lope siempre se ha destacado el carácter popular de su poesía si bien en el análisis de la misma deberíamos tener en cuenta otros aspectos como bien apuntó el ya mencionado y reconocido hispanista Juan Manuel Rozas en su estudio sobre el poeta madrileño, bien apodado el Fénix de los Ingenios: "La etiqueta de Lope poeta popular es muy incompleta. Lope propugnó una poesía que uniese el concepto (que le parecía muy español, siguiendo los poemas del Cancionero general y sus parientes) al ornato italiano, de nuevas estrofas, y ritmos, de un nuevo léxico. Equilibrio entre ambas fuerzas es lo que Lope buscó. Esto es muy barroco, un equilibrio, inestable, entre lo medieval y el renacimiento".
  

Esa forma de entender la poesía fue precisamente lo que originó en buena medida el enfrentamiento entre estos dos grandes poetas como así lo escribió J. M. Rozas: "Por esa forma de entender la poesía luchó Lope contra Góngora (aparte de razones personales y vanidades), aun admirándole, porque este desequilibraba, y más aún su escuela, la ecuación soñada de concepto más ornato".



Como muestra de esa lucha mutua nos dejaron los siguientes sonetos intensos, irónicos, satíricos, sin duda rebosantes de genio e ingenio.




   De Góngora a Lope

Góngora ridiculiza a Lope en un soneto que para más mofa escribe en parte en una especie de castellano-portugués:

A la Jerusalem conquistada que compuso Lope de Vega

Vimo, señora Lopa, su Epopeya
e por Diosa, aunque sá mucho legante
que no hay negra poeta que pante
e si se panta no sá negra ella.

Corpo de San Tomé con tanta Reya
¿No hubo (cagayera fusse o fante)
morenica gelofa, que en Levante
as Musas obrigasse aun e peeya?

¿Turu fu Garcerán? ¿Turo fu Osorio?
Mentira branca certa prima mia
do Rey de Congo canta don Gregorio,

la hecha si, vos tuvo argentería
la negrita será turo abalorio
corvo na pruma, cisne na armonía.



A cierto señor que le envió la Dragontea de Lope

Señor, aquel Dragón de inglés veneno,
criado entre las flores de la Vega
más fértil que el dorado Tajo riega,
vino a mis manos: púselo en mi seno.

Para rüido de tan grande trueno
es relámpago chico: no me ciega.
Soberbias velas alza: mal navega.
Potro es gallardo, pero va sin freno.

La musa castellana, bien la emplea
en tiernos, dulces, músicos papeles,
como en pañales niña que gorjea.

¡Oh planeta gentil, del mundo Apeles,
rompe mis ocios, porque el mundo vea
que el Betis sabe usar de tus pinceles!



A la Arcadia  de Lope

Por tu vida, Lopillo, que me borres
las diez y nueve torres del escudo,
porque, aunque todas son de viento, dudo
que tengas viento para tantas torres.

¡Válgante los de Arcadia! ¿No te corres
armar de un pavés noble a un pastor rudo?
¡Oh tronco de Micol, Nabal barbudo!
¡Oh brazos Leganeses y Vinorres!

No le dejéis en el blasón almena.
Vuelva a su oficio, y al rocín alado
en el teatro sáquele los reznos.

No fabrique más torres sobre arena,
si no es que ya, segunda vez casado,
nos quiere hacer torres los torreznos.



A los seguidores de Lope

Patos de la aguachirle castellana,
que de su rudo origen fácil riega,
y tal vez dulce inunda nuestra Vega,
con razón Vega por lo siempre llana,

pisad graznando la corriente cana
del antiguo idïoma, y, turba lega,
las ondas acusad, cuantas os niega
ático estilo, erudición romana.

Los cisnes venerad cultos, no aquellos
que escuchan su canoro fin los ríos;
aquellos sí, que de su docta espuma

vistió Aganipe. ¿Huís? ¿No queréis vellos,
palustres aves? Vuestra vulgar pluma
no borre, no, más charcos. ¡Zabullíos!




  De Lope a Góngora

Conjúrote, demonio  culterano,
que salgas deste mozo miserable,
que apenas sabe hablar (¡caso notable!)
y ya presume de Anfión tebano.

Por la lira de Apolo soberano
te conjuro,  cultero inexorable,
que les des libertad, para que hable
en su nativo idioma castellano.

— ¿Por qué me torques bárbara tan mente?
¿Qué cultiborra o  brindalín tabaco
caractiquizan toda intonsa frente?

— Habla cristiano, perro. — Soy polaco.
— Tenelde, que se va. — No me ates, tente.
Suéltame. — ¡Aquí de Apolo! — ¡Aquí de Baco!



Insiste Lope en su ataque:

Pululando de culto, Claudio amigo,
minotaurista soy desde mañana;
derelinquo la frasi castellana,
vayan las Solitúdines conmigo.

Por precursora, desde hoy más me obligo
al aurora llamar Bautista o Juana,
chamelote la mar, la ronca rana
mosca del agua, y sarna de oro al trigo.

Mal afecto de mí, con tedio y murrio,
cáligas diré ya, que no griguiescos
como en el tiempo del pastor Bandurrio.

Estos versos, ¿son turcos o tudescos?
Tú, Letor Garibay, si eres bamburrio,
apláudelos, que son cultidiablescos.



Cortando la pluma hablan los dos

 — Pluma, las musas, de mi genio autoras,
versos me piden hoy. ¡Alto, a escribillos!
— Yo sólo escribiré, señor Burguillos,
«estas que me dictó rimas sonoras».

— ¿A Góngora me acota a tales horas?
Arrojaré tijeras y cuchillos,
pues en queriendo hacer versos sencillos
arrímense dos musas cantimploras.

— Dejemos la campaña, el monte, el valle
y alabemos señores. — No le entiendo.
— ¿Morir quiere de hambre? — Escriba y calle.

— A mi ganso me vuelvo en prosiguiendo,
que es desdicha, después de no premialle,
nacer volando y acabar mintiendo.



Soneto de Lope Contra los que predican culto

¡Oh palabra de Dios, cuánta ventaja
hicieron con sus puras elocuencias
Herreras, Delgadillos y Florencias
a la cultura que tu nombre ultraja!

Ya no eres fuego que del cielo baja,
mas hielo a nuestras almas y conciencias,
después que metafóricas violencias
te venden como nieve envuelta en paja.

¿Quién dijera que Góngora y Elías
al púlpito subieran como hermanos
y predicaran bárbaras poesías?

¡Dejad, oh padres, los conceptos vanos!
que Dios no ha menester filaterías,
sino celo en la voz, fuego en las manos.





jueves, 22 de noviembre de 2012

Miguel de Unamuno: La oración del ateo







La oración del ateo

Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes

a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi alma endulzóme noches tristes.

¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande

para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras.






Μιγκέλ ντε Ουναμούνο  
                                 
                                    Η ΠΡΟΣΕΥΧΗ ΕΝΟΣ ΑΘΕΟΥ

                           Άκουσε την προσευχή μου , Θεέ που δεν υπάρχεις,
                           και  δεν ακούς   τα παράπονά μου,
                           Εσύ που δεν αφήνεις τους φτωχούς ανθρώπους
                           δίχως  απατηλή  παρηγοριά.  Δεν αντιστέκεσαι

                           στις προσευχές μας και  στις επιθυμίες μας.
                           Όταν  μακραίνεις απ΄ το νου μου,
                           θυμάμαι πιο πολύ τους γαλήνιους μύθους
                           που γλύκαναν την ψυχή μου τις θλιμμένες νύχτες.

                           Είσαι μέγας Θεέ μου! Είσαι τόσο μέγας
                           που δεν υπάρχεις χωρίς την Ιδέα.  Είναι τόσο στενή
                           η πραγματικότητα που επεκτείνεται

                           να σε καλύψει. Υποφέρω σε βάρος σου,
                           Θεέ που δεν υπάρχεις,  γιατί αν υπήρχες
                           θα  υπήρχα κι εγώ πραγματικά.

                                                   Μετάφραση: Μόσχος Λαγκουβάρδος