Ότι δεν με σκοτώνει με κάνει πιο δυνατό


sábado, 2 de febrero de 2013

José A. Ramos Sucre: Granizada.








José A. Ramos Sucre (Cumaná, 1890- Ginebra, 1930)

Los extraordinarios poemas en prosa de este venezolano impactan y desde luego nunca dejan indiferente. Desde que he tenido la oportunidad de acercarme a su obra no cesa de sorprenderme. En sus narraciones poéticas al margen de ese velo de muerte que parece cubrirlo todo hay mucha vida, mucha fuerza, mucho sentimiento oprimido e incomprendido como da la sensación que ha sido este hombre en su época (y seguramente en las posteriores).

En Granizada el poeta escribe que la historia es un mecanismo que  no sirve sino para aumentar el odio entre los hombres así pues hay que desechar la historia, usar con ella el gesto de la criada que, al amanecer de cualquier día, despide con la escoba el cadáver de un murciélago, sabandija negra, sucia y mal agorera. 

Sus aforismos son granizos que insolentes y demoledores, aunque no exentos de mordaz ironía, atacan la intrínseca condición del ser humano. Es la munición de la que se sirve la angustia, el pesimismo existencialista de Ramos Sucre que parece no dejar títere con cabeza.




 GRANIZADA

—Leer es un acto de servilismo.

—La ignorancia nos lleva derecho al escepticismo, que es la actitud más juiciosa de nuestra mente.  

—La ciencia consta de los hechos y de su explicación. Esta última es variable y sujeta a error, pero no debemos preocuparnos, porque el error es el principal agente de la civilización.

—Las reputaciones impedirían el progreso si no existieran los murmuradores.

—El derecho y el arte son una enmienda del hombre a la realidad.

—La aristocracia de nacimiento es una autosugestión. Por eso, nadie cree en el linaje de otro.

—La democracia es la aristocracia de la capacidad.

—El dinero no sirve sino para comprar.

—El trabajo es un ejercicio devoto que sirve a los desvalidos para ganar el reino de los cielos.

—La gramática sirve para justificar las sinrazones del lenguaje.

—La historia no sirve sino para aumentar el odio entre los hombres.

—Dos médicos no pueden mirarse a la cara sin reírse.

—El matrimonio es un estado zoológico.

—El matrimonio es el camino por el cual dos personas llegan más fácilmente a odiarse y a despreciarse.

—El matrimonio: azotes y galeras.

—Enamorarse es una falta de amor propio.

—La humanidad es una reata de monos.

—Dostoyewski predicaba la religión del sufrimiento. ¡Cuidado con escuchar a ese ruso anómalo! Fundemos, por fin, la religión de la dignidad humana, una religión inteligible y barata, sin clero ni altar.

—El adulterio es delito forzado como el contrabando. Sirve para subsanar las situaciones tiránicas nacidas del matrimonio de conveniencia. Restablece la sinceridad en la elección.

—La amistad es una capitulación de la dignidad.

—La falta de escrúpulo es el sucedáneo de la energía.

—La fortaleza es la desesperación aceptada.

—La hospitalidad es una virtud de pueblo bárbaro.

—El orgulloso se compara con el ideal de la perfección y el vanidoso se compara con los demás hombres.

—El elogio no contenta sino a los seres abyectos. Equivale a una gracia o licencia. Al aceptarlo, confesamos la soberanía de los demás.

—El mal es un autor de la belleza. La tragedia, memoria del infortunio, es el arte superior. El mal introduce la sorpresa, la innovación en este mundo rutinario. Sin el mal, llegaríamos a la uniformidad, sucumbiríamos en la idiotez.

—Cierta caridad, la del soberbio, es simultánea con la envidia. Una persona maldice la prosperidad de su igual, censura, cuando menos, al prójimo de su misma línea y abraza y regala al humilde.

—El tiempo es una invención de los relojeros.

—Horacio es una áurea mediocridad.

—La gloria no es aristocrática. Es el veredicto de la humanidad, el asentimiento de un aquelarre de loros.

—La virtud es el sacrificio de sí mismo. Difiere esencialmente de la austeridad y de su cómplice la fealdad.

—La cobardía, el atrevimiento con el desvalido, es el rasgo esencial de la criatura humana.

—La sociología es la torre de Eiffel de la estupidez.

— La incertidumbre es la ley del universo.

—Novio de origen alemán, insípido e hipnótico.

—La fama no es sino el voto de la muchedumbre.

—La democracia en el Estado y la aristocracia en la familia.

—La grandeza de los héroes falsos y de forja sube con el cercén de los méritos ajenos.

—La libertad no es sino el cumplimiento de la ley dictada en interés general.






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