Belleza y destreza técnica
son dos de los signos de la poesía pura que de forma tan magistral compuso el
poeta vallisoletano Jorge Guillén. Sin
olvidar, por supuesto, el optimismo y el placer por la vida que tan presente
encontramos en su creación poética.
“Al
margen de Cicerón” es un poema
que se incluye en el libro Homenaje publicado
en 1967 con un subtítulo claramente sugerente Reunión de vidas, en donde descubrimos la voz reflexiva del poeta
que rinde personal tributo a sus referentes culturales.
Toda la primera parte del mencionado
poemario Homenaje se titula “Al
margen” pues es esta la fórmula de escritura que el poeta ha elegido para los
poemas que la componen. ¿En qué consiste esta novedosa y relevante forma de escribir?
Digamos que es la respuesta del poeta, también lector, a una obra o
pasaje concreto de un autor determinado.
En este modo de escritura que
sin duda enriquece la creación poética se menciona a cada autor por su nombre o
a cada obra por su título y en algunas ocasiones aparece una cita concreta cuya
respuesta deberíamos suponer anotada en el margen de la página. ¿En cuántas ocasiones
habríamos deseado mostrar nuestra opinión sobre algo que hemos leído? Pues eso
es lo que hace Jorge Guillén escribiendo “al margen”.
En el poema Al margen de Cicerón el poeta responde a una cita concreta del
libro “De amicitia” del autor latino que versa sobre la verdad y la amistad, como
ahora podéis comprobar leyendo el poema.
AL MARGEN DE CICERÓN (H I)
QUERIDO AMIGO
Veritatem sine qua nomen amicitiae
valere non potest
“De amicitia”, 25
Amigo no querrás que te confíe
Todo mi pensamiento,
Porque te dolería inútilmente
Cruel veracidad.
Simple rasguño hiere al delicado.
Una sola palabra acabaría
Con la dulce costumbre
De entendernos hablando entre fricciones
Evitables, silencios.
Ocurre a veces que alguna alma clara
Sin dolor no podría oscurecerse.
Y resiste y se opone a la tan íntima
Discordia entre vocablo y pensamiento:
Verdad a toda costa.
¿Lujo quizá imposible?
Embrollo diario es más complejo
Que la verdad, acorde simplicísimo.
La sutil, la difícil vida impura
Va con el corazón. Vivamos. Hombres,
Y aquí. ¿Drama final?
Querido amigo…
Después de leer el poema de
Guillén y como reflexión final sobre la amistad y la verdad me viene a la
memoria un artículo de Laín Entralgo que leí recientemente donde refiriéndose a una de las reglas
esenciales de lo que él llamaba la benefidencia
de la amistad relativa al contenido decía que este debía ser sincero y claro
pero sin herir la susceptibilidad o la delicadeza del confidente. Así pues la
comunicación de la amistad se entiende como un “intercambio de verdades mías y
verdades tuyas decorosamente vestidas y amistosamente tamizadas”.