El
Discurso u Oración fúnebre de Pericles forma parte de la obra Historia de la Guerra del Peloponeso
escrita por Tucídides. El discurso es todo un modelo de reflexión política
sobre las virtudes de la democracia además de un excelente manifiesto en defensa
del hombre y los valores cívicos y culturales.
Hagamos
ahora un breve recorrido por los protagonistas.
Tucídides.
Poco se sabe de su vida. Los datos más precisos son los que él mismo relata en
su obra donde leemos que fue nombrado estratego en el 424 a.C fecha en la que también se le desterró de
Atenas durante veinte años por no haber llegado a tiempo de impedir que el
espartano Brásidas se apoderase de la ciudad de Anfípolis. Estos datos además
de su importancia intrínseca nos ayudan a intentar fijar la fecha de su
nacimiento ya que para ser nombrado estratego debería tener treinta años, así
pues podemos considerar el año 455 a. C. como fecha aproximada de su nacimiento,
el lugar sí lo sabemos, Atenas. Su muerte la fijamos en torno al 395 a.C. Miembro
de la aristocracia ateniense gozó de un cierto desahogo económico y de una esmerada
instrucción que sin duda le facilitó su labor de historiador. Tucídides destaca en este campo por realizar una narración de la historia desde una óptica científica y
rigurosa, donde la objetividad y el contraste de las fuentes son notas
destacadas. Asimismo sobresale en su obra la forma de explicar los acontecimientos históricos
siempre determinados por la inteligencia y la fortuna, al margen del aspecto
religioso.
La
Guerra del Peloponeso. En esta obra, dividida en ocho libros e inacabada, se relata
el largo y despiadado enfrentamiento entre la Liga Délico-Ática (Atenas y
aliados) y la Liga del Peloponeso (Esparta y aliados). Esta contienda, en la
que Tucídides participó, supuso la debilitación de Grecia y el inicio de su
declive, no podemos olvidar que los tres periodos históricos en que se divide la
guerra abarcan desde el año 431 a.C. al 404 a.C.
El
relato de los hechos que hace Tucídides sigue un orden cronológico, por años y
por estaciones, incluyendo en ellos abundantes discursos de los personajes participantes.
Su obra está escrita en dialecto ático con una clara influencia del jónico. En
cuanto a su estilo es intenso, complejo, a lo que hay que añadir una sintaxis
complicada, especialmente difícil en su traducción.
Pericles.
Nació en Atenas en torno al 495 a. C y su muerte la situamos aprox. en el 429
a.C. Miembro de una reconocida familia aristocrática, pronto formó parte del
partido democrático de Efialtes a cuya muerte le sucedió en el cargo. Elegido
estratego en el 454 a.C. reforzó la supremacía de Atenas en la Liga de Delos.
De hecho este brillante estratega ateniense tenía un claro propósito: hacer de
Atenas la mejor polis de Grecia y del mundo. Para ello favoreció la creación de
colonias atenienses por el Egeo, construyó una poderosa armada, levantó
fortificaciones y edificó impresionantes
construcciones, baste recordar la Acrópolis. Otro de sus logros fue rodearse de las mejores
figuras culturales del momento, artistas de la altura de Fidias, Policleto, los
arquitectos Mnesicles, Ictino y Calícrates, sin olvidarnos de la literatura con
nombres como Ésquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes, el médico Hipócrates…
Recogiendo
las palabras de Francisco R. Adrados sobre Pericles podemos afirmar sin ningún
tipo de duda que fue un hombre superior que puso su prestigio y su talento al
servicio de una idea sin dejarse desviar. En él se halla también una
benevolencia hacia el pueblo ateniense de la que quiso hacer uno de los
principios de su sistema; no es solamente patriotismo sino también amor a todo
el pueblo, disposición humana basada en la idea de lo que hay común entre los
hombres y no en un mero acercamiento espontáneo.
La
Atenas democrática se convirtió bajo su gobierno en el mayor centro cultural y
artístico del mundo. Al punto que a este siglo V a.C. se le denomina “el siglo
de Pericles”.
El
Discurso u Oración fúnebre de Pericles. Lo encontramos en el libro segundo de la Historia de la Guerra del Peloponeso. No
es este como ya he apuntado anteriormente el único discurso que aparece en ella.
Con este recurso Tucídides consigue por una parte exponer directamente los
porqués de la forma de actuar de los personajes, por otra parte representa un
buen medio dramático para su narración.
El
Discurso, pronunciado en el año 431 a. C. en el cementerio del Cerámico de
Atenas, y recreado años después por Tucídides, nos presenta a un Pericles
dirigiéndose a los familiares de los fallecidos en el primer año de la guerra del Peloponeso y
realizando todo un ejemplo de exaltación de los valores de la democracia
ateniense como base de la importancia y el prestigio adquirido por Atenas unido
al valor y orgullo del pueblo griego, cuyo ejemplo encuentra en los guerreros
fallecidos. Pericles parece seguir la idea aristotélica según la cual la excelencia
humana es inseparable del éxito, combinándola en cierta medida con los nuevos
valores democráticos. En Tucídides, Pericles resume su ideal en la siguiente frase: “afirmo que la ciudad entera es la escuela
de Grecia y creo que cualquier ateniense puede lograr una personalidad completa
en los más distintos aspectos y dotada de la mayor flexibilidad, y al mismo
tiempo, el encanto personal”.
El
texto del Discurso seleccionado y leído
en griego por Alfonso Gómez-Lobo.