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jueves, 9 de agosto de 2012

El Discurso fúnebre de Pericles





El Discurso u Oración fúnebre de Pericles forma parte de la obra Historia de la Guerra del Peloponeso escrita por Tucídides. El discurso es todo un modelo de reflexión política sobre las virtudes de la democracia además de un excelente manifiesto en defensa del hombre y los valores cívicos y culturales.
Hagamos ahora un breve recorrido por los protagonistas. 

Tucídides. Poco se sabe de su vida. Los datos más precisos son los que él mismo relata en su obra donde leemos que fue nombrado estratego en el 424 a.C  fecha en la que también se le desterró de Atenas durante veinte años por no haber llegado a tiempo de impedir que el espartano Brásidas se apoderase de la ciudad de Anfípolis. Estos datos además de su importancia intrínseca nos ayudan a intentar fijar la fecha de su nacimiento ya que para ser nombrado estratego debería tener treinta años, así pues podemos considerar el año 455 a. C. como fecha aproximada de su nacimiento, el lugar sí lo sabemos, Atenas. Su muerte la fijamos en torno al 395 a.C. Miembro de la aristocracia ateniense gozó de un cierto desahogo económico y de una esmerada instrucción que sin duda le facilitó su labor de historiador. Tucídides destaca en este campo por realizar una narración de la historia desde una óptica científica y rigurosa, donde la objetividad y el contraste de las fuentes son notas destacadas. Asimismo sobresale en su obra la forma de explicar los acontecimientos históricos siempre determinados por la inteligencia y la fortuna, al margen del aspecto religioso.

La Guerra del Peloponeso. En esta obra, dividida en ocho libros e inacabada, se relata el largo y despiadado enfrentamiento entre la Liga Délico-Ática (Atenas y aliados) y la Liga del Peloponeso (Esparta y aliados). Esta contienda, en la que Tucídides participó, supuso la debilitación de Grecia y el inicio de su declive, no podemos olvidar que los tres periodos históricos en que se divide la guerra abarcan desde el año 431 a.C. al 404 a.C.
El relato de los hechos que hace Tucídides sigue un orden cronológico, por años y por estaciones, incluyendo en ellos abundantes discursos de los personajes participantes. Su obra está escrita en dialecto ático con una clara influencia del jónico. En cuanto a su estilo es intenso, complejo, a lo que hay que añadir una sintaxis complicada, especialmente difícil en su traducción.

Pericles. Nació en Atenas en torno al 495 a. C y su muerte la situamos aprox. en el 429 a.C. Miembro de una reconocida familia aristocrática, pronto formó parte del partido democrático de Efialtes a cuya muerte le sucedió en el cargo. Elegido estratego en el 454 a.C. reforzó la supremacía de Atenas en la Liga de Delos. De hecho este brillante estratega ateniense tenía un claro propósito: hacer de Atenas la mejor polis de Grecia y del mundo. Para ello favoreció la creación de colonias atenienses por el Egeo, construyó una poderosa armada, levantó fortificaciones  y edificó impresionantes construcciones, baste recordar la Acrópolis.  Otro de sus logros fue rodearse de las mejores figuras culturales del momento, artistas de la altura de Fidias, Policleto, los arquitectos Mnesicles, Ictino y Calícrates, sin olvidarnos de la literatura con nombres como Ésquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes, el médico Hipócrates…
Recogiendo las palabras de Francisco R. Adrados sobre Pericles podemos afirmar sin ningún tipo de duda que fue un hombre superior que puso su prestigio y su talento al servicio de una idea sin dejarse desviar. En él se halla también una benevolencia hacia el pueblo ateniense de la que quiso hacer uno de los principios de su sistema; no es solamente patriotismo sino también amor a todo el pueblo, disposición humana basada en la idea de lo que hay común entre los hombres y no en un mero acercamiento espontáneo.
La Atenas democrática se convirtió bajo su gobierno en el mayor centro cultural y artístico del mundo. Al punto que a este siglo V a.C. se le denomina “el siglo de Pericles”.

El Discurso u Oración fúnebre de Pericles. Lo encontramos en el libro segundo de la Historia de la Guerra del Peloponeso. No es este como ya he apuntado anteriormente el único discurso que aparece en ella. Con este recurso Tucídides consigue por una parte exponer directamente los porqués de la forma de actuar de los personajes, por otra parte representa un buen medio dramático para su narración.
El Discurso, pronunciado en el año 431 a. C. en el cementerio del Cerámico de Atenas, y recreado años después por Tucídides, nos presenta a un Pericles dirigiéndose a los familiares de los fallecidos en el primer año de la guerra del Peloponeso y realizando todo un ejemplo de exaltación de los valores de la democracia ateniense como base de la importancia y el prestigio adquirido por Atenas unido al valor y orgullo del pueblo griego, cuyo ejemplo encuentra en los guerreros fallecidos. Pericles parece seguir la idea aristotélica según la cual la excelencia humana es inseparable del éxito, combinándola en cierta medida con los nuevos valores democráticos. En Tucídides, Pericles resume su ideal en la siguiente frase: “afirmo que la ciudad entera es la escuela de Grecia y creo que cualquier ateniense puede lograr una personalidad completa en los más distintos aspectos y dotada de la mayor flexibilidad, y al mismo tiempo, el encanto personal”.


El texto del Discurso seleccionado y leído en griego por Alfonso Gómez-Lobo.