Se terminan las vacaciones y las clases están a punto de comenzar. Un nuevo destino siempre trae algo de nostalgia y de esperanza; nostalgia por las buenas gentes que dejamos de ver, de los lugares por los que hemos pasado y que permanecen en nuestro recuerdo; pero al mismo tiempo renace la ilusión de un nuevo camino, de poder hacer mejor nuestra tarea, de nuevas experiencias que formarán parte de nuestra vida. Por ello tomaré como toda una declaración de intenciones a seguir los versos de Horacio, Carpe diem, quam minimun credula postumo.
Jardinero.
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Clare Melinsky-Littleland
Dama de la almena en la rutina de tu soledad, ya no sé, no sé si has pasado
al otro lado de la línea, si estás en esa tierra de...
Hace 5 horas
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