Ότι δεν με σκοτώνει με κάνει πιο δυνατό


lunes, 18 de mayo de 2009

LITERATURA GRIEGA II

























Hoy repasaremos algunas características de los principales géneros literarios que se cultivaron en Grecia sin olvidar los aspectos sociales e históricos de cada época.



ÉPICA (siglo VIII a.C)

En un principio era oral: narraba historias en verso, en un sostén rítmico y musical adecuado.

Era una literatura espontánea que brotaba del pueblo e iba dirigida a él.

En esta época el poeta épico es un personaje casi divino, está en continua relación con la musa, (Mnemosine)

Algunos de los recursos utilizados eran: emplear un gran número de versos y medios versos repetidos; fórmulas de todo tipo y grado; escenas típicas de amor, de viajes, de guerras, etc.; catálogos de batallas y de genealogías; comparaciones y símiles; determinados esquemas de acción como el de la amistad, el de los celos, el de la cólera por el amigo muerto, el del sacrificio de la vida…

Sus principales representantes son: Homero (siglo VIII a.C.) y Hesíodo (siglo VII a.C.)

Homero con sus dos epopeyas Iliada y Odisea abre, para nosotros, la literatura griega. En estas obras el ambiente que se narra es el de una sociedad primitiva cuyos valores más altos son la gloria guerrera y el honor. Homero encuentra el modo de unir un ambiente, una vida, unos personajes (el mundo micénico), en un flujo narrativo que se apodera del oyente. Se vale de múltiples recursos para llenar los espacios imaginativos en la mente del que escucha. En sus obras se dan los más logrados modos de narrar, de homogenización del tiempo, del espacio, de coherencia de los personajes, de encadenamiento entre ellos. Sin duda en ellas hay un sentido heroico avasallador, aunque no se olvida de que el hombre depende siempre de los dioses.

La diferencia de clima espiritual entre la Iliada y la Odisea se aborda ya en los versos iniciales de ambos poemas: Cólera, muertes y cumplimiento de los designios divinos es lo que aparece en el proemio de la Iliada. Paciencia, salvación de sí mismo y de los demás y faltas más atenidas a la propia responsabilidad, en el prólogo de la Odisea.

Hesíodo, poeta de Beocia, utiliza un estilo similar al de Homero, pero su temática es muy diferente. En su obra Teogonía ofrece al pueblo griego las raíces divinas de su propia realidad. Y en Los trabajos y los días habla del cultivo de la tierra. Si lo comparamos con el mundo homérico, el espíritu hesiódico es más abstracto, más apegado a la tierra; su imaginación es menor, al igual que su poder narrador; pero tiene el peso de la sabiduría, el recuerdo de conocimientos tradicionales y una cierta profundidad filosófica. No debemos olvidar que Hesíodo es el primer poeta de Occidente que se nos aparece formulando sus propias inquietudes.



















LÍRICA (siglo VII a.C.)

Su nombre viene determinado por su forma: era una poesía tocada al son de la lira. Pero con esta afirmación también debemos recordar que algunos cantos como la elegía y el ditirambo no se acompañaban con la lira, sino con la flauta.

Coexiste con el desarrollo de las polis que van tomando conciencia de su poder, de que eran algo más que un conjunto de familias. Comienzan a surgir las legislaciones griegas (Dracón, Solón...)

El individuo ya no sólo se recrea en los hechos del pasado, sino que empieza a centrarse en las inspiraciones, los sentimientos, etc. que producen los hechos del presente.

En el mundo de la lírica hay todo un abanico de posibilidades expresivas: diferentes metros, estructura variada…

Podemos encontrar los siguientes subgéneros:

 La lírica monódica: probablemente sea la expresión del canto de un solista. El verso no es excesivamente complicado y sus líneas no son muy largas pero están llenas de sentimientos personales. Autores destacados son Safo y Alceo. 
 La lírica coral: en ella había una enorme libertad de expresión, aunque prevalecía la gran forma que incorporaba elementos narrativos y que se encarnaba métricamente en estrofas de gran complejidad. El máximo representante es Píndaro de Tebas.
 La lírica yámbica: tiene un claro carácter popular, con un tono unas veces despiadado, otras veces humorístico pero casi siempre burlón; el metro que usaba era muy cercano a la lengua hablada. Su máximo representante es Arquíloco.
 La lírica elegíaca: aunque sus orígenes están ligados al mundo religioso y más concretamente a los cantos de duelo, sin embargo presenta una temática muy distinta según los diferentes autores que la cultivaron: aparece la defensa propia, la indoctrinación moral, la exaltación, etc. Su metro es el dístico elegíaco, y sus representantes son Calino de Éfeso, Tirteo, Mimnermo, Solón y Teognis.
 El epigrama: son poesías breves que se reducen preferentemente a una pareja de versos. Se supone que la elegía influiría como lamento fúnebre en el epigrama sepulcral y como canto a los dioses en la ofrenda. Los epigramas más antiguos son anónimos, de ahí que resultase fácil adjudicar los más logrados a grandes poetas.

























TEATRO (siglo VI a.C.)

A finales del siglo VI con la expulsión de los tiranos, e incluso antes, en Atenas comienzan a celebrarse competiciones teatrales. Y así el tirano Pisístrato (543 a.C.) fue quien instituyó los primeros certámenes dramáticos para conseguir el favor del pueblo ateniense.

Al género literario dramático pertenecen aquellas obras escritas para ser representadas al aire libre en un escenario, ante un público y a través de unos actores que las interpretaban.

En el teatro confluyen los siguientes elementos: musical, mimético-narrativo y ritual.

Podemos decir que la historia del teatro, tal como lo conocemos (teatro de mármol, con una escena profusamente decorada…) arranca en Atenas, en el 330 a.C., con el gran teatro de Licurgo. Luego fue muy imitado y así en el siglo IV nos encontramos con el teatro de Epidauro, con teatros en Sicilia, etc. Y es que el teatro se convirtió en un género eminentemente popular.

El origen de las diferentes formas dramáticas ha sido muy discutido, y no se ha llegado a un acuerdo sobre una teoría concreta (aunque podríamos destacar la que postula el origen de la tragedia en el ditirambo, danza que se realizaba en honor del dios Dioniso; la comedia, en cambio, vendría de los que iniciaban los cantos fálicos que eran actuaciones de tipo ritual relacionadas con la fecundación). Lo que sí queda claro es la distinción entre: La tragedia, la comedia y el drama satírico.

Nos dice Aristóteles que la Tragedia (534) es la imitación de una acción seria y completa que tiene una determinada magnitud y está dotada de un lenguaje agradable, actuando los personajes en escena y no por relato, obteniendo por la compasión y el temor la purificación de los sentimientos.
En un principio la tragedia era más musical que hablada debido al origen coral del teatro. Por eso sus elementos básicos son el coro y los actores.
Los actores (siempre hombres) vestían de forma solemne, usaban un calzado muy elástico, de cuero flexible llamado coturno y utilizaban la máscara para representar varios personajes, incluso femeninos.

En cuanto a los autores de la tragedia destacamos a Esquilo, Sófocles y Eurípides.

La Comedia comparte ciertos rasgos con la tragedia, pero hay otros que sólo aparecen en ella. Su aportación principal fue la parábasis, un momento de la obra en que los actores se dirigen al público para pedirle, entre otras cosas, que concediese el voto ganador del certamen a su obra.

En la comedia se suele parodiar la situación social y política con un lenguaje vivo y popular.


Podemos dividir la comedia en: Comedia Antigua, cuyo máximo representante es Aristófanes, Comedia Media y Comedia Nueva representada por Menandro. Esta última ha tenido una gran influencia en los autores latinos y a través de ellos en el teatro de Occidente.




























EL MIMO

Se incluye dentro del drama de época helenística.

En la gramática de Diomedes se dice que el mimo es una representación de vida que trata de los acuerdos y desacuerdos.

En el mimo a menudo se prescinde de una situación agonística y es lo que hace que sea más directo, más cercano, pues representa cosas sencillas, naturales, cotidianas.

En el mimo queda patente su carácter improvisatorio, su lenguaje coloquial cargado de insinuaciones, de dobles sentidos, etc.

Tiene unos orígenes relacionados con Sicilia y en especial con las figuras de Epicarmo y Sofrón (siglo V).

Sofrón dio prácticamente vida a un género que pertenecía a la inventiva popular.

El mimo es una manera de representación pero no representable, porque es mímesis pero le faltan las condiciones externas para esa representación.
En ocasiones se relaciona con la pantomima.

Mención especial merece el poeta griego Herodas (en griego ρώδας). Se sitúa su nacimiento en la isla de Cos, alrededor del 300 a.C. Escribe en una lengua literaria, muy artificiosa con predominio de elementos jónicos. A sus obras se las denomina mimiambos, algunos autores creen que eran pequeñas escenas humorísticas en verso simplemente para leer; en cambio otros piensan que también se representaban pero por un solo actor; hay quienes apuntan a una posible representación de los mimos como una obra de teatro normal. Aunque la mayoría de autores admiten que fuese una especie de recital, o bien de una persona o bien para leer un público en particular.




No hay comentarios:

Publicar un comentario