Ότι δεν με σκοτώνει με κάνει πιο δυνατό


jueves, 13 de junio de 2013

Los Emblemata de Alciato








Los Emblemata del italiano Andrea Alciato (1492-1550)  jurista y reconocido catedrático en la Universidad de Bourges, se editan por primera vez en Augsburgo en el año 1531, publicándose sucesivas ediciones ya desde el mismo siglo XVI.

El milanés centró su trabajo y estudios en el campo de la Jurisprudencia en la que destacó por utilizar los métodos humanistas en el análisis de los principios del Derecho, sobresaliendo su obra De Verborum significatione. Pero no será este campo el que le otorgue su reconocimiento sino el de la literatura gracias a su obra Emblemata, en la que utilizando una fórmula novedosa inaugura el género emblemático que tanta difusión adquirirá entre los siglos XVI-XVIII.

La obra está formada por  una serie de emblemas que se caracterizan por presentar una misma estructura que consta de un título, un epigrama y un dibujo (grabado) si bien con el tiempo se le añadirá un comentario explicativo. 

En este libro de emblemas es notoria la presencia del epigrama griego junto a las versiones en latín sin olvidar la constante visión simbólica del mito, así  encontramos a Mercurio mostrando al caminante la senda más correcta, a Tántalo hablándonos de la avaricia, a Atenea de la honestidad…  






Que no ha de herirse a nadie ni de palabra ni de obra; Que la Fortuna sigue a la Virtud; En qué me excedo, qué he hecho, qué he omitido; La felicidad efímera;  La opulencia del tirano es miseria de los súbditos; son algunos de los lemas que nos encontramos en la obra de Alciato. En ella se dice que hay que ser comedidos, respetuosos con los demás, sobrios, ajenos a murmuraciones y habladurías, etc. Vemos que los vicios y virtudes presentados a través de lemas y dibujos nos invitan a una seria y profunda reflexión sobre las verdades de la vida.







Entre los emblemas de Alciato tal vez uno de los más conocidos sea el de la justa venganza, en el que aparece un escorpión atacando al ave que lo captura junto con el siguiente comentario: “Quien preparaba la muerte a otros, perece él mismo y sucumbe a sus propias perfidias”.





















El libro de Alciato es esencial para comprender el Humanismo y su influencia en el mundo del Arte, como comprobamos por ejemplo en la pintura mitológica española del Siglo de Oro para cuyo estudio es básico. Aspecto este  que ya tratamos de forma transversal en Navegando al comentar alguno de los cuadros de tema mitológico de nuestro pintor de cabecera, el gran Velázquez.


Concluyo ya este breve comentario recordando que ayer hablábamos sobre el cuadro de Dalí,  La metamorfosis de Narciso. Conocida es la referencia que el pintor español hace de Alciato en su Carta abierta a Salvador Dalí (1966) donde reproduce en su inicio el grabado del emblema 45 del jurista milanés (siguiendo obra lionesa de mediados del siglo XVI); en el mencionado dibujo vemos un jabalí y al fondo un paisaje en ruinas sobre el que se levantan las columnas heráldicas de Carlos V. Este episodio lo recoge muy bien el historiador Santiago Sebastián en su traducción de los Emblemas de Alciato (editado por Akal) donde leemos el comentario que Dalí adjunta al grabado y que dice así: "Sí, sí y sí, para estupor de todos, anuncio que Salvador Dalí, católico, apostólico y romano, ha decidido, cueste lo que cueste, ser el primer supremo puerco que se haga invernar".  Genio y figura.










No hay comentarios:

Publicar un comentario