Rubens, Santa Teresa |
El 4 de octubre de 1582 falleció Santa Teresa de Ávila (Santa Teresa de Jesús) en Alba de Tormes. Hoy la recordamos.
Una mujer extraordinaria, sin duda. Como tan bien ha escrito Guillermo Serés en la página que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes dedica a la santa abulense: "Contados son los escritores en que se combinan armónicamente la acción y la reflexión, las empresas humanas y el éxtasis místico, el servicio a la sociedad y el recogimiento, la humildad bien entendida y el valor individual; en fin, la vida activa y la contemplativa. De este reducido grupo, Santa Teresa es la más grande, porque las dos facetas las lleva a la excelencia literaria y porque poseyó tan enorme fuerza interior, que fue una de las mujeres más influyentes de su época y tuvo una decisiva proyección en el cristianismo de los siglos venideros... Marcó una época, porque en un mundo dominado por los hombres, defendió el derecho de la mujeres a desarrollar su propia personalidad, y a fe que lo hizo, convenciendo de paso a sus mejores contemporáneos: fray Luis de León, San Juan de la Cruz, San Francisco de Borja, fray Juan de Ávila, el padre y profesor Domingo Báñez, al inquisidor Quiroga…, incluso a Felipe II. Y a pesar de los desprecios e insultos, viajó por toda España con idéntico espíritu. Porque tuvo una gran decisión, determinación y elevación de pensamiento; rigor analítico y precisión expresiva, sin que le faltase el sentido del humor. Andarina, que no "andariega", Teresa de Ávila hubiese sido igualmente una excelente santa laica, patrona de las más cualificadas ONGs, porque consagró su vida, entendida como servicio religioso y entrega a Dios, a la orden de los Carmelitas Descalzos y a la comunidad en su conjunto".
Si esta breve referencia a Santa Teresa os ha gustado y queréis ahondar un poco más en ella, os aconsejo el siguiente enlace:
http://www.cervantesvirtual.com/bib/bib_autor/santateresa/pcuartonivelc25d.html
NADA TE TURBE (Eficacia de la paciencia)
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.
Eleva tu pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.
A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.
Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece
bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.
Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.
Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.
Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios tu tesoro
nada te falta.
Id, pues, bienes del mundo;
id dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.
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