sábado, 28 de septiembre de 2013

Una balada de otoño





© Omar Galliani

























Balada de otoño (Antonio Machado)



Llueve, 
detrás de los cristales, llueve y llueve 
sobre los chopos medio deshojados, 
sobre los pardos tejados, 
sobre los campos, llueve.
Pintaron de gris el cielo 
y el suelo se fue abrigando con hojas, 
se fue vistiendo de otoño. 
La tarde que se adormece 
parece un niño que el viento mece 
con su balada en otoño.
Una balada en otoño, 
un canto triste de melancolía, 
que nace al morir el día. 
Una balada en otoño, 
a veces como un murmullo, 
y a veces como un lamento 
y a veces viento.
Llueve, 
detrás de los cristales, llueve y llueve 
sobre los chopos medio deshojados, 
sobre los pardos tejados 
sobre los campos, llueve.
Te podría contar 
que esta quemándose mi último leño en el hogar, 
que soy muy pobre hoy, 
que por una sonrisa doy 
todo lo que soy, 
porque estoy solo 
y tengo miedo.
Si tú fueras capaz 
de ver los ojos tristes de una lámpara y hablar 
con esa porcelana que descubrí ayer 
y que por un momento se ha vuelto mujer.
Llueve, 
detrás de los cristales, llueve y llueve 
sobre los chopos medio deshojados… 
Entonces, olvidando 
mi mañana y tu pasado 
volverías a mi lado.
Se va la tarde y me deja 
la queja 
que mañana será vieja, 
de una balada en otoño.