Mi
querido Asterión,
Ya está aquí, tal como advertiste. Dice llamarse Teseo y venir a liberarme
de no sé qué monstruo terrible que me amenaza. Me ha contado una extraña
historia sobre un príncipe, una princesa y un hilo que no he logrado
entender muy bien.
A
este Teseo se le ve débil, inseguro, temeroso pero ávido de gloria y fama.
Habla, habla y habla, bellas palabras pero vacías. Teseo está hueco. Creo que
solo quiere engañarme para encontrarte. Pobre idiota.
Me
ha aburrido y le he abandonado en uno de los catorce pasillos de esta casa sin techo. Estoy segura que será
incapaz de salir. Lástima.
Yo
sigo recorriendo las infinitas galerías mientras escucho cómo me llamas.
Llegaré.
Llevo
la llave que abre la última puerta. Espérame...
Tuya
siempre,
Ariadna.
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