sábado, 25 de febrero de 2012

ΜΟΣΧΟΣ ΕΜΜ. ΛΑΓΚΟΥΒΑΡΔΟΣ



Ayer he recibido un libro muy especial, su autor Μόσχος Εμμ. Λαγκουβάρδος y el título, Ο εσωτερικός άνθρωπος. Esta mañana mientras leía el libro sentada al abrigo del sol me di cuenta de lo bien que me sentía ¡el placer que encontramos en las cosas más sencillas!


Algo parecido a lo que le escribía C. Plinio a su amigo Minicio Fundano:

Liber I – Epistula IX
C. PLINIUS MINICIO FUNDANO SUO S.
Mirum est quam singulis diebus in urbe ratio aut constet aut constare videatur, pluribus iunctisque non constet. Nam si quem interroges: “Hodie quid egisti?”, respondeat: “Officio togae virilis interfui, sponsalia aut nuptias frequentavi, ille me ad signandum testamentum, ille in advocationem, ille in consilium rogavit”
Haec quo die feceris, necessaria, eadem, si cotidie fecisse te reputes, inania videntur, multo magis cum secesseris. Tunc enim subit recordatio: “Quot dies quam frigidis rebus absumpsi!”
Quod evenit mihi, postquam in Laurentino meo aut lego aliquid aut scribo aut etiam corpori vaco, cuius fulturis animus sustinetur. Nihil audio quod audisse, nihil dico quod dixisse paeniteat; nemo apud me quemquam sinistris sermonibus carpit, neminem ipse reprehendo, nisi tamen me cum parum commode scribo; nulla spe nullo timore sollicitor, nullis rumoribus inquietor: mecum tantum et cum libellis loquor.
O rectam sinceramque vitam! O dulce otium honestumque ac paene omni negotio pulchrius! O mare, o litus, verum secretumque μουσεῖον, quam multa invenitis, Quam multa dictatis!
Proinde tu quoque strepitum istum inamenque discursum et multum ineptos labores, ut primum fuerit occasio, relinque teque studiis vel otio trade. Satius est enim, ut Atilius noster eruditissime simul et facetissimen dixit, otiosum esse quam nihil agere. Vale.
Carta IX
C. Plinio a su amigo Minicio Fundano
Es asombroso cómo pasa o parece que pasa el tiempo cada día en la ciudad pero cómo si los juntamos todos parece que no pasa. Pues si le preguntaras a cualquiera ¿qué has hecho hoy?, te responderá: “He asistido a la toma de la toga viril, he asistido a esponsales o bodas, uno me ha llamado para la firma de un testamento, otro para su defensa y otro para formar parte de un consejo”
Estas cosas parecen ineludibles el día que las haces pero todas juntas, cuando ves que te han ocupado todo el tiempo, parecen inútiles, y mucho más cuando disfrutas de la soledad. Porque entonces de repente piensas: “¡Cuántos días he desperdiciado en ocupaciones tan inútiles!
Pienso esto, en mi casa de Laurento , cuando leo o escribo o incluso cuando ejercito mi cuerpo, en cuyo sustento se apoya el espíritu.
Nada escucho ni digo que lamente haber escuchado o dicho; en mi presencia nadie ataca a nadie con palabras maliciosas; a nadie reprocho nada, a no ser a mí mismo, cuando no me agrada lo que escribo. Ni ambiciones ni miedos me perturban, ninguna habladuría me inquieta: sólo hablo conmigo mismo y con mis libros. ¡Oh, vida agradable y sencilla! ¡Qué placentera es esta ociosidad, más grata que cualquier ocupación! ¡Mar, costa, verdadero y escondido templo de musas, cuántas cosas me descubrís, cuántas me inspiráis!
Por lo tanto huye tú también de ese tumulto, de la vana agitación, y de trabajos inútiles; tan pronto como puedas entrégate al estudio y a la tranquilidad. Piensa en lo que de forma tan certera y graciosa, dijo nuestro amigo Atilio: “Mejor es estar ocioso que no hacer nada”. Adiós.