Tercera y última entrada, por el momento, dedicada a la Literatura griega. Hoy nuestro espacio girará entorno a la prosa.
Surge en Jonia en el siglo VI a.C. pero se desarrolla sobre todo en los siglos V-IV a.C.en Atenas.
Dentro de este género nos encontramos:
- La Historiografía
- La Oratoria
- Textos filosóficos y científicos
- Fábulas
- Novela
HISTORIOGRAFÍA
Se puede afirmar que la historiografía no es un producto autóctono griego ya que tenemos historia egipcia, mesopotámica, hebraica, etc. pero la historia como visión global sí es típicamente griega.
La ἱστορία es la narración de hechos políticos, sociales, culturales…que conforman el pasado de un pueblo y que son dignos de ser recordados.
Para representar lo que es la historiografía griega en sus rasgos fundamentales acudimos a Heródoto y establecemos la diferencia entre la historia propiamente dicha y la biografía posterior en que ésta tiene un carácter mucho más moralizante, más basado en la filosofía. Y así comprobamos como ni en Heródoto ni en Tucídides se da un deslizamiento moralizante hacia la biografía sino que se narran los hechos y sus causas, colocando al hombre en primer plano porque está relacionado con todo.
Autores destacados: Heródoto, Tucídides, y Jenofonte.
Heródoto (525-484ª.C.) es considerado como el padre de la historia. Las Guerras Médicas (enfrentamientos entre persas y griegos) es el tema de su obra, elaborada en nueve libros. Pero también nos narra historias sobre pueblos vecinos de La Hélade, y todo formando un conjunto ordenado, evitando las digresiones.
Tucídides (490-395 a.C.), general ateniense, escribió la Historia de las Guerras del Peloponeso donde narra la historia, por orden cronológico, analizando los motivos de la guerra, y lo hace de una forma rigurosa, buscando sobre todo la veracidad de las fuentes y de la información.
Jenofonte (430-354
a.C.), este historiador ateniense nos lega su Anábasis donde nos encontramos la
primera monografía completa de una aventura épica ya que nos relata su vivencia
como soldado en la retirada de Los Diez Mil. También escribió ensayos y
pequeños tratados sobre hípica, cuestiones económicas, etc. Podemos decir que
Jenofonte no se impone por su profundidad, sino por darnos un personaje variado
y completo. Aunque tiene el pequeño estigma de un cierto filoespartanismo
debido sin duda al declive de la Atenas en que le tocó vivir.
ORATORIA
Los griegos concedieron una gran importancia al arte de la palabra. En la democracia ateniense, donde no existían abogados, los ciudadanos debían aprender a elaborar, argumentar y exponer de forma notable un buen discurso que pudiese convencer a los tribunales y asambleas. Pero no todos estaban preparados para ello por lo que acudían a personas que les escribiesen los discursos. Éstos eran los logógrafos (del griego λογογράφος).
Los discursos se dividían en tres apartados, el primero pertenecía al campo de la política, el segundo al judicial y el tercero al epidíctico (discursos con un fin determinado, como una celebración, unos juegos, etc.)
Entre los mejores oradores destacamos a Lisias, Isócrates y Demóstenes.
Lisias (445-380 a.C.), su condición de meteco (extranjero) le impedía pronunciar discursos en la Asamblea por lo que se dedicó a escribirlos para otros. Con un estilo claro y sobrio, de sus numerosos discursos apenas nos han llegado treinta. Entre ellos la Defensa de la muerte de Eratóstenes, etc.
Isócrates (460-338 a.C.), sus discursos eran muy elaborados y se ceñían a un tema concreto como los banquetes, etc. Por su estilo armónico y elevado en ocasiones se acercaba al género poético. De él también podemos decir que es uno de los autores que más influyeron en hacer de la historia un instrumento didáctico, una especie de paradigma que se pudiera enseñar. No sólo era un orador sino un innato pedagogo, capaz de hacer extraordinarios discursos para otros.
FILOSOFÍA
Surge en la Grecia arcaica de los siglos VII-VI a.C. ubicando los orígenes en el mundo jónico, donde Tales de Mileto funda la primera esuela filosófica partiendo de la idea de que de una sustancia primigenia, el agua, procedía toda la materia.
Destacan las figuras de Pitágoras, Heráclito, Parménides, los sofistas, Sócrates, Aristóteles…pero como género literario nos interesa destacar la figura de Platón.
Platón (427-347 a.C.), amigo y discípulo de Sócrates, recoge la herencia de éste con una clara oposición a los sofistas, siendo un punto básico de su filosofía la inmortalidad del alma. Ahora bien aunque su importancia filosófica es indiscutible y digna de un amplio estudio aquí, hic et nunc, nos interesa abordar su trabajo desde el punto de vista literario. Destacan sus Diálogos donde consagra el diálogo como género literario filosófico. Nos muestra una prosa de gran calidad, llena de figuras estilísticas, de metáforas, de referencias literarias y mitológicas; todo ello envuelto en un lenguaje brillante y un arte depurado donde se refleja su carácter áticoLAS FÁBULAS
Narran pequeñas historias que concluyen con una enseñanza moralizante.
Tienen una finalidad claramente didáctica.
En ellas destaca su brevedad y la abundancia de personajes del mundo animal.
En Grecia fue Esopo (siglo VI a.C.) el primer autor de una colección de fábulas aunque como forma literaria ya las encontramos en Hesíodo.
NOVELA
En el sentido estricto y actual de la palabra, es creación griega (siglo II-I a.C.)
Se caracterizan por la sencillez del elemento narrativo.
En época tardía los griegos escribieron novelas de amor y de aventuras dirigidas a un público variado y heterogéneo que deseaba escaparse de la realidad para deleitarse con un mundo más idílico.
Caritón de Afrodisias en su novela Quéreas y Calírroe (siglo I a.C.) nos muestra personajes humanizados, sencillez en el relato. Ésta es posiblemente la primera obra larga que conservamos del género. Es una ficción enmarcada en una guerra histórica, la de los atenienses con Siracusa.
Jenofonte de Éfeso escribió Las Efesíacas (siglo I d.C.) donde describe la historia de amor de dos jóvenes con sus peripecias, aventuras y desventuras.
Aquiles Tacio escribió Las aventuras de Leucipa y Clitofonte (siglo III d.C.), donde demuestra un gran virtuosismo descriptivo.
Longo, en su obra Dafnis y Cloe (finales del siglo II d.C.) añade a la novela otros componentes que nos recuerdan lo que nosotros conocemos como novela pastoril. Destaca su obra por una gran sensualidad.
Heliodoro en su obra Las Etiópicas (siglo IV d.C.) utiliza una técnica narrativa originaria ya que empieza con la descripción de un paisaje devastado...
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